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Los poemas también se incluyen dentro del género de la Literatura Erótica, aquí algunos de ellos:  

GIOCONDA BELLI

Recorriéndote 

 

Quiero morder tu carne,
salada y fuerte,
empezar por tus brazos hermosos
como ramas de ceibo,
seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños
ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza
hurgando la ternura,
ese pecho que suena a tambores y vida continuada.

 

Quedarme allí un rato largo
enredando mis manos
en ese bosquecito de arbustos que te crece
suave y negro bajo mi piel desnuda
seguir después hacia tu ombligo
hacia ese centro donde te empieza el cosquilleo,
irte besando, mordiendo,
hasta llegar allí
a ese lugarcito
-apretado y secreto-
que se alegra ante mi presencia
que se adelanta a recibirme
y viene a mí
en toda su dureza de macho enardecido.

 

Bajar luego a tus piernas

firmes como tus convicciones guerrilleras,
esas piernas donde tu estatura se asienta
con las que vienes a mí
con las que me sostienes,
las que enredas en la noche entre las mías
blandas y femeninas.

 

Besar tus pies, amor,
que tanto tienen aun que recorrer sin mí
y volver a escalarte
hasta apretar tu boca con la mía,
hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento
hasta que entres en mí
con la fuerza de la marea
y me invadas con tu ir y venir
de mar furioso
y quedemos los dos tendidos y sudados
en la arena de las sábanas.


 

RAFAEL ALBERTI

Cúbreme, amor, el cielo de la boca

 

Cúbreme, amor, el cielo de la boca 
con esa arrebatada espuma extrema, 
que es jazmín del que sabe y del que quema, 
brotado en punta de coral de roca. 

Alóquemelo, amor, su sal, aloca 
Tu lancinante aguda flor suprema, 
Doblando su furor en la diadema 
del mordiente clavel que la desboca. 

¡Oh ceñido fluir, amor, oh bello 
borbotar temperado de la nieve 
por tan estrecha gruta en carne viva, 

para mirar cómo tu fino cuello 
se te resbala, amor, y se te llueve 
de jazmines y estrellas de saliva! 

OSCAR HAHN

Sábana de arriba

 

Me instalé cuidadosamente doblado 
entre la ropa blanca del closet 
Sacaste las sábanas de tu cama 
y me pusiste de sábana de arriba 

Te deslizaste debajo de las tapas 
y te cubrí centímetro a centímetro 

Entonces fuimos barridos por el huracán 
y caímos jadeando en el ojo de la tormenta 

Ahora yaces bañada en transpiración 
con la vista perdida en el cielo raso 

y la sábana de arriba aún enredada entre las piernas.

GIOCONDA BELLI

Amor de frutas

 

Déjame que esparza

manzanas en tu sexo
néctares de mango
carne de fresas;

 

Tu cuerpo son todas las frutas

Te abrazo y corren las mandarinas;
te beso y todas las uvas sueltan
el vino oculto de su corazón
sobre mi boca.

 

Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tus piernas el promegranate
esconde sus semillas incitantes.

Déjame que coseche los frutos de agua
que sudan en tus poros:


Mi hombre de limones y duraznos,
dame a beber fuentes de melocotones y bananos
racimos de cerezas.

 

Tu cuerpo es el paraíso perdido
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme.

MARIA EMILIA CORNJEO

 

Soy la muchacha mala de la historia

 

Soy
la muchacha mala de la historia,
la que fornicó con tres hombres
y le sacó cuernos a su marido.

soy la mujer
que lo engañó cotidianamente
por un miserable plato de lentejas,
la que le quitó lentamente su ropaje de bondad
hasta convertirlo en una piedra
negra y estéril,
soy la mujer que lo castró
con infinitos gestos de ternura
y gemidos falsos en la cama.

soy
la muchacha mala de la historia.

LIDIA LI

In Sumisión

 

La caricia
y el tormento.

El cautiverio
y la libertad.

 

Algunos versos
son argollas
en las muñecas
de mi fantasía.

PABLO NERUDA

Cuerpo de Mujer

 

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar al hijo del fondo de la tierra.

Fui sólo como un túnel. De mí huían los pájaros,
y en mí la noche entraba en su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en 
mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡ Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue y el dolor infinito.

Audios de Poemas y Prosas

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